Street Outreach es más que un trabajo promedio: es un estilo de vida. Las relaciones se construyen a través de la sangre, el sudor y las lágrimas a lo largo de los años y esta, en particular, estuvo plagada de dolor y confusión, así como también de consolidación y sanación de la comunidad. Comenzó con una anticipación de merecidos elogios y oportunidades para compartir nuestra visión y trabajo en todo el país. Hay un dicho que dice: “Si quieres que Dios se ría, cuéntale tus planes”. La pandemia no solo distorsionó nuestra realidad, sino que desafió el trabajo de maneras inimaginables. La improvisación fue un cambio necesario de los grupos semanales presenciales a la programación remota. Persistimos en el compromiso con nuestros participantes ya que nuestra empatía entiende que, aunque están etiquetados como en riesgo, todos estábamos llenos de promesas y esperanza en algún momento de nuestras vidas.

Covid-19 golpeó a nuestra comunidad especialmente fuerte. Fuimos el epicentro de la pandemia de Chicago dos veces este año y teníamos la tarea de garantizar que se distribuyera PPE a nuestros vecinos. Nuestro mundo se puso patas arriba una vez más cuando el asesinato de George Floyd amplificó nuestra profesión a lo que parecía el trabajo de un año condensado en cinco días: 31 de mayocalle hasta el cuatro de junio fue una semana que duró una cantidad infinita de tiempo, despertando anticipando lo desconocido, pero estando a la altura de las circunstancias con un sentido del deber inquebrantable que le dio un todo nuevo definición al título de Trabajador Esencial.

Cuando comenzó la segunda mitad del año con los puentes del centro de Chicago levantados, los levantamientos extendiéndose a los vecindarios y nuestro equipo trabajando más de 16 horas al día, no se había hecho justicia; nos embarcamos en un nuevo Esfuércese por organizar a los miembros de la comunidad, brindando experiencia de divulgación en las calles para que se conviertan en pacificadores en sus comunidades y nos ayuden a lograr la paz en la guerra. La pandemia exacerbó la frágil economía estadounidense cuando las familias perdieron sus trabajos y nuestro equipo bendijo nuestro vecindario con alimentos semanalmente; alimentar a nuestra gente es la base para sostener nuestra economía en lugar de una construcción social imaginaria. De nuestro equipo al tuyo, que tengas un bendecido Centros Año y recuerda que saldremos adelante de esto, juntos.