En días recientes tuvimos el honor de recibir la visita del padre Greg Boyle, fundador de Homeboy Industries. Esta organización tiene su sede en Los Ángeles y es el programa de intervención, rehabilitación y reintegración de jóvenes en pandillas, más grande del mundo. El padre Greg compartió muchas historias de resiliencia, dio consejos y compartió un almuerzo con nuestro personal y otros socios invitados.

La labor del padre Greg, ha tenido un impacto positivo en miles de jóvenes y demuestra que el amor y la compasión contribuyen a un mejor mundo y a una sociedad más integral. “Desde que Dios pensó en la creación del universo, siempre tuvo en mente el amor al prójimo y la buena armonía entre los seres humanos, y es a eso a lo que estamos apostamos con nuestro trabajo”, afirmó el padre Greg.

El Padre Greg enfatizó que entre sus prioridades está contribuir a la sanación de los individuos para luego convertirlos en seres amantes de la paz.

Ese día, también pudimos aprender mucho más de su labor junto a otros socios, durante un panel de preguntas y respuestas llevado a cabo. Matt DeMatteo, director ejecutivo de New Life Centers, facilitó este panel en el que participaron distinguidos líderes de organizaciones que trabajan con jóvenes, entre ellos: Dominique McCord de Metropolitan Peace Initiatives, Benny Estrada de New Life Centers, Jalon Arthur de Chicago CRED, Esther Franco-Payne de Partnership for Safe and Peaceful Communities y el padre Greg Boyle de Homeboy Industries. Juntos, compartieron valiosas lecciones y estrategias para hacer que nuestras comunidades sean más sanas, seguras y pacíficas.

El enfoque y temas de este panel fue la intervención en casos de violencia comunitaria (CVI), en el cual se exploraron los desafíos y las oportunidades que enfrentamos para lograr una comunidad pacífica y armoniosa. Cada panelista tuvo la oportunidad de compartir sus experiencias de vida y estrategias claves para hacerle frente a la violencia y que nuestras comunidades sean más seguras y que amen la paz.

Estamos convencidos de que salvar vidas es una tarea de mucho esfuerzo y riesgos, pero es necesaria. Todos podemos contribuir en marcar la diferencia. Las personas marginadas también pueden realizar actos extraordinarios de bondad y compasión si les brindamos amor.